Mi sugar Daddy es todo poderoso.
RETO: Confiar en el sugar daddy, más poderoso de toda la historia.
Te reto a que busques primero la riqueza espiritual y la riqueza material vendrá por añadidura.
¡Este POST está dedicado a aquellas mujeres que quieren encontrar al hombre ideal, ese que les regale ropa, dinero, comida, pero sobre todo LUJO!
Antes de empezar y para los que no sepan, así funciona esto de tener sugar daddys o sugar mommies:
“Últimamente, están proliferando, procedentes de Estados Unidos, páginas dedicadas a concretar citas entre mujeres jóvenes y atractivas y hombres acaudalados. Ellas se hacen llamar Sugar Babies mientras que ellos son Sugar Daddies. He sido incapaz de encontrar una traducción al español de estas palabrejas. Al menos que no sean peyorativas.
Las babies ofrecen compañía, y en algunas ocasiones sexo, aunque no es una condición indispensable; mientras que los daddies ofrecen lujo y dinero. También existen Sugar Mommies, si bien es cierto que en muchísima menor proporción.
Está calando hondo fundamentalmente entre la comunidad universitaria. No en vano, la edad media de las Sugar Babies es de 24 años, mientras que el de los Sugar Daddies supera con creces los 40, rozando la cincuentena. Dados los elevados ingresos que obtienen estas chicas pueden permitirse una vida de lujos y caprichos, a años luz de lo que obtendrían trabajando en una hamburguesería mientras estudian”.
Tomado de: MUNDIARIO.
Después de tener claro el concepto, es necesario aclararles que no tengo un sugar daddy, al menos no de carne y hueso que me regale muchas cosas lujosas a cambio de que yo sea su dama de compañía o me acueste con él.
Prefiero ser la que trabaja en una hamburguesería, sinceramente. De hecho, he trabajado de mesera en restaurantes y se me han presentado tipos adinerados y de bastantica edad, pretendiendo comprar mi cuerpo, pero les he aclarado que no trabajo por necesidad, ni comida, simplemente quería experimentar que es intentar ganarse la vida. (pero estas anécdotas de cómo fue ser mesera las dejare para otro post).
Se que muchas jóvenes se mueren por tener frente a ellas un hombre deslumbrante bañado en billetes verdes, ellas sueñan mirar el mundo a través del ojo que todo lo ve.
Quizá ese no sea mi gran sueño, prefiero trabajar de otro modo y ganar dinero a partir de mi profesión académica. Sin juzgar a las mujeres que eligen este estilo de vida como suggar babies. Bien por ellas, felices con su lema “bendecidas y afortunadas”. Supongo que no debe ser tan fácil.
El punto es que la necesidad de tener a un hombre que supla “nuestras necesidades básicas” es algo que se vuelve cada vez más común y viral, me pregunto si eso es necesario. No quiero decir que la mujer moderna es interesada, ni vagabunda, simplemente las formas de ver el mundo han cambiado un poco.
Somos una sociedad capitalista, materialista como dice silvestre y en la que la mayor virtud es vestir de marca y quizá muchas de estas mujeres les gusta mantener la apariencia, sin importar lo que tengan que hacer por lograr verse “regias”.
Darse “lujos o comodidades” no es un pecado y tampoco lo es la forma en la que obtenemos viajes, carros, casas, celulares.
Hoy solo quiero retomar la escritura en mi blog, confesándoles que he caído en la tentación de enamorarme de un sugar Daddy y tengo mucho miedo, porque por lo general ninguna mujer se enamora de sus sugar daddy, lo ideal es pasarla rico y nada más, como dice la canción “si me das, yo también te doy” (Enrique Iglesias).
JAJAJAJA
Volviendo al tema ya se sabe que soy un poco rara, como todos alguna vez en nuestras vidas…
Pero esta vez me siento muy extraña, porque mi sugar daddy es muy conocido, pero no es famoso, muchos lo discriminan y no sé por que, si es el “rey del oro y la plata”, lo han tachado como una excusa que utiliza la gente miserable para encontrarle sentido a la vida.
Y si señores mi sugar daddy se escribe con D mayúscula y termina en s diminuta, se trata de Dios y aunque muchos prefieran pensar que no existe, él está vivo, al menos para mí.
Siento dentro de mi alma una gran corazonada que me dice que cada suspiro mío es gracias a que el existe, que es el único que suple todas mis necesidades, sin importar lo desleal o “pecadora” que yo sea.
Y aquí quiero detenerme un momento, las suggar babies tienen que portarse bien para que sus suggar daddies les den todos sus lujos, bueno en mi caso mi suggar daddy es incondicional, me porte bien o mal, siempre está ahí, de hecho no sé por que hay pastores en las iglesias y padres en las casas enseñando a sus ovejas o hijos que Dios castiga, esto es tan falso.
Estoy hablando de este tema por que como ya sabrán soy de un municipio, cuando me mude a la arenosa, alguien me escribió por Facebook que si como había hecho para salir de mi pueblo, que si tenía un marido que me tenía viviendo en un apartamento o que…
Mi reacción fue reírme, realmente no entendía lo que estaba leyendo.
Es increíble que las personas en general no creamos en el poder de los sueños propios, las metas logradas a punta de sacrificios, yo solo le respondí a esa persona que estaba equivocada y que para llegar a donde estaba le pedí a mi sugar daddy que me diera una beca académica completa más un subsidio de sostenimiento.
A lo que la persona respondió que no tenía ni idea que yo había ganado una beca y que si que era un suggar daddy y yo solo le escribí: “Dios es mi suggar daddy y ojalá tenga misericordia de ti”.
En ese momento me di cuenta de que mi sugar daddy siempre, pero siempre desde que soy muy pequeña escucho los deseos de mi corazón sin pedirme nada a cambio, tuvo misericordia de mi de día y de noche, cuando ande por caminos luminosos y por otros un tanto oscuros.
Dios, ese que vive en mi ser, ese que no necesita de rituales religiosos sino de mi fe, es el que me ha dado todo lo que tengo y lo que soy.
Cuando le pedí que salvara de un abuso sexual, simplemente me salvo. (Comenta si quieres que haga un post sobre este tema).
Cuando le pedí que me ayudara a perdonar a mi padre, simplemente me enseñó a perdonar.
Cuando le pedí que me diera una beca académica, me ilumino para poder ganarla.
Cuando le pedí que no quería ser religiosa me enseñó a ser espiritual.
Cuando le pedí que cambiara mi familia “disfuncional” por una familia armoniosa, simplemente empezó a cambiar a todos los integrantes de ella y ahora nos amamos demasiado.
Cuando le pedí que me ayudara a amarme, me mando al hombre más maravilloso del mundo a que me enseñara como se siente amar, amar de verdad.
Cuando le pedí que cumpliera el sueño de mi hermano, me dijo que, así como me había cumplido tantos sueños así hará con él. Estoy esperando, porque mi sugar daddy es todo poderoso.
Sin mencionar las cosas materiales que me ha dado, por que la verdad son importantes pero no son tan transcendentales para mi en estos momentos.
Parece patético y casi increíble para los que nunca han estado cerca de él, de mi suggar daddy, entender que la fe es más grande que cualquier cosa en este mundo.
CREER no está en ser católico, evangélico, protestante, budista, musulmanes …
Creer en una figura de "amor" y misericordia no es tan malo, es un ejercicio para auto construirnos y evaluar de que manera podemos ser mejores seres humanos.
Dios no es forma, Dios es trasfondo.
Gracias al universo no tengo que ser humillada por un sugar daddy terrenal, no tengo un tipo que me trate como a una barbie de plástico a la que se le pueden cortar las extremidades, reducir el tamaño del cerebro, pintarme las uñas de un color cada semana, cortarme el cabello o ponerme extensiones simplemente para verme bella para él.
Con mi sugar daddy tengo el privilegio de ser lo que yo quiera ser y tener la oportunidad de mejorar cada día.
A lo mejor tú crees en Dios de una manera tan genial como yo y nunca habías analizado que todo lo que le pides él te lo da, hasta ahora te enteras de que tienes un suggar daddy todo poderoso.