No me gustaba Bañarme
Ayer martes me sentía mas viva que nunca y como nunca llegué puntual a clase de investigación, pero solo por que me gusta mucho ver el paisaje panorámico que se vislumbra desde el bloque 7 de la universidad Pontificia, a esa hora 5:50 am, todo parece una bahía de sueños verdes, mariposas amarillas y humedad indescifrable, la malva te arropa y el día comienza con frio, con nostalgia.
Cuando los días son así me gustaría pasarme horas y horas bajo la ducha, con las gotas quemándome la espalda y el cuello, que por cierto me duelen mucho todo el tiempo, pero cuando me baño con agua hirviendo y el humito besándose con el espejo, todos es mágico, todo el dolor se me pasa.
Me puse la ropa , desayuné con paciencia , me apuré y llegué al salón, después de haberme quedado paralizada frente al paisaje que siempre les muestro a esa hora en mis historias de instagram, llegué al salón, me senté y el profesor empezó a dar la clase.
Una compañera, se puso a llorar descontrolada, se salió con prisa del salón y se fue al baño, respiré hondo y pedí al universo que le diera fortaleza e invoqué toda mi bondad para con ella, pero no me pareció suficiente , no me importó mas la clase que ella, entonces me fui al baño a buscarla, la abrace y la dejé que llorara, me contó que su novio Lucca acababa de terminarle, en suiza era de noche, cuando acá era de madrugada, para él, terminar la relación en la noche era un buen momento, pero no pensó que para ella seria difícil empezar el día, con una noticia así, con un amor que había durado tanto y que había luchado contra todo pronóstico.
Le animé con mis palabras rebuscadas y contándole mis historias poco breves de desamores, que la última había durado 6 años y que ya se había acabado todo hace poco, que esa había sido una de las tantas razones del intercambio, por que la distancia ayuda y el tiempo más.
Pasadas dos horas, se acabó la clase, regresé a mi casa que queda literalmente afuera de la universidad, me puse pijama y como siempre hago, leí el periódico matutino, hablaba de los juegos en Barranquilla y lamenté por un segundo no haber estado en ese evento, luego se disipó ese sentimiento y leí el horóscopo, solo para reírme un rato.
Me fui a la cocina, busqué en youtube la receta para hacer las lentejas, hice arroz también, pero procuré que hiciera pegaito ( cucayo, como sea que le digas, jajajaja esto me recuerda a un ex paisa que siempre preguntaba: "Cómo es posible que se coman el pegao, ¿no se supone que ese es el desperdicio del arroz?, jajaja días después solo quería comer cucayo con suero). Preparé el jugo de tomate de árbol y los chorizos de ternera para el final, asados en mantequilla.
Le hice el aseo a toda la casa, me sudé, el almuerzo y el aseo, lo hice escuchando música a todo timbal, como siempre me gusta, así me gozo mas las cosas, no se, soy demasiado animada para bailar y cantar todo el tiempo. Cuando ya se me hicieron las 11 am, me sentía cansada y sucia, me bañé, pero no fue igual la ducha que me pegué en la mañana así, medio dormida, agua demasiado ardiente y casi inactiva, literal solo me puse el chorro de la ducha en la espalda como por 4 minutos y en el minuto numero 5, me puse jabón por todos lados, me enjuague y me fui.
El baño del medio día, fue mas bien un ritual energético, me lavé el cabello, primero me puse masaje para nutrirlo, luego me hice una mascarilla en la cara, después, me exfolié todo el cuerpo con café, sal, azúcar y aceite ungido, medité, agredecí por todo lo que soy, lo poco o lo mucho que tengo y cuando iba a pensar en el futuro, me dije a mi misma "Ay no el día esta muy lindo como para preocupaciones futuras".
Hasta que no se bañen así, no entenderán lo rico que se siente, pareciera que las células muertas de la piel se regeneraran mágicamente, el aroma a café en la piel se queda inmaculado (Pacho después de que yo salí del baño, entró y dijo "¿aquí que pasó que huele todo el baño a café?, ¡huele rico!").
Si de pronto la tristeza me quería invadir, la sal me reforzó la dureza del cuerpo y del alma y el azúcar me endulzó los miedos para comérmelos como caramelos diminutos sin que me dieran malestar estomacal.
Almorcé, me maquillé, les compartí por instagram los ingredientes de mi exfoliante contra las malas energías y todos me preguntaron que tipo de aceite debían usar y por acá les reitero, que puede ser cualquier tipo de aceite, pero si me preguntan cual prefiero, indudablemente uno de coco, naranja o mejor aun de sándalo. Uf! El de almendras es una cosa bendita.
Cuando me senté a tomarme el café tostado en mi mesita del balcón para retomar la lectura del libro " la soledad de los números primos", que lo tengo abandonado por que la universidad me tiene muy absorbida, que por cierto les debo el POST de mi primera impresión del libro, por si también se animan a leerlo. Pensamiento consecutivo, recordé que cuando pequeña odiaba bañarme para ir al colegio y no pude con la risa infinita que me dio.
Recuerdo que vivía en Jagua y que ya estaba en séptimo de bachillerato y nuestra amada Sandra, me pilló infraganti y le dijo a mi mamá "Oh seño, imagínese que Maria Isabel se mete al baño a las 5 de la mañana y yo escucho el agua que cae al piso, como el agua esta muy fría, no se baña, ella abre la ducha para engañarme, solo se lava la cara, con razón al medio día viene quejándose del calor y demora dos horas en el baño al medio día ahí si bañándose como se debe. Esta CULICAGADA".
A lo que mi mamá no hacia mucho caso y me decía, "bueno, tu veras si hueles a chivo". A lo que yo respondía iracunda que si me había bañado pero que yo abría la ducha toda y metía primero el pie derecho, después la rodilla de la pierna derecha, después la cadera, y ya ahí si me tocaba meterme toda pero rapidito y ya me salia y me secaba, que dejara de ser tan sapa.
El punto es que siempre me ha gustado bañarme y siempre me gustara, pero no se porque carajo hay domingos donde uno solo quiere estar acostado en la cama, con ropa ancha, sin panties, sin brasieres, sin todo eso que tanto nos atormenta, sin responsabilidades, sin prender velas a ningún santo, con lluvia, leyendo, viendo películas, sin hacer aseo, sin hacer comidas, pedir domicilios y esperar a que el día lunes llegue para bañarnos. ¿Les ha pasado?